No hay duda de que el ciclismo es uno de los deportes más especiales de cuantos abundan en nuestros días. Solo hay que ver la repercusión que toma cualquier noticia relacionada con alguna de las figuras del pelotón internacional.
Pese a encontrarse francamente muy lejos de los deportistas mejor pagados, basta ver el alcance que ha tenido en los medios la retirada de Alberto Contador o el reciente positivo de Chris Froome.
Pero la magnitud de todo lo que rodea al deporte de la bicicleta no se limita a la popularidad de sus estrellas profesionales. Cada año se invierten infinidad de recursos en investigación para desarrollar una tecnología que contribuya a mejorar cada uno de los componentes de nuestra montura.
Uno de esos componentes que por más sencillo que parezca sigue evolucionando, son los frenos. Un aspecto de los más importantes en lo relativo a la seguridad.
En la actualidad una de las primeras decisiones a tomar es ¿frenos de disco o de zapata? Hace una década que los frenos de disco llegaban al mundo de la BTT y parece que lo hacían para quedarse, pero ¿y en carretera? Allí las cosas siguen sin estar claras.
Al margen de que en la competición no se utilicen por la polémica surgida en torno al riesgo sobre la integridad física de los ciclistas en una posible caída, hay otros aspectos que también arrojan dudas en cuanto a la modalidad de cicloturismo.
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Freno tipo V-Brake
Fuente: Wikimedia
Hace unos años que los frenos de zapata tipo Cantilever (dos brazos tirados por un cable central) daban paso al nuevo modelo V-Brake, que prácticamente han dejado en desuso a su predecesor. La potencia de frenado que ejercen estos últimos en proporción a la presión que se realiza en la maneta es realmente eficaz.
Sin mencionar que es mucho más rápido y sencillo a la hora de ajustar. Otro de los aspectos positivos de los V-Brake es el precio de los mismos y la facilidad con la que se pueden encontrar recambios en cualquier tienda de bicicletas online.
En su contra juega que en condiciones de lluvia y barro su eficacia disminuye y en ocasiones las zapatas pueden sufrir un rápido desgaste. El aro de la llanta por su parte también sufre ese mismo desgaste por la presión que ejercen las mismas.
Otro inconveniente es que en descensos muy prolongados y con fuertes frenadas, el aro puede llegar a calentarse hasta el punto de pinchar la cámara. Además, si la rueda se descentra pierden bastante poder de frenado.
Freno de disco
Fuente: Pxhere
Por su parte los frenos de disco son ligeros y presentan menos inconvenientes en lo que al barro y la suciedad se refiere al situarse más lejos de la banda de rodadura.
Su respuesta de frenado es más eficiente que la de los de zapata prácticamente en cualquier condición del terreno, y el descentrado de la rueda no disminuye su rendimiento.
En contra tienen principalmente su precio (cierto que poco a poco va bajando) tanto a la hora de adquirirlos como en los repuestos, más difíciles de conseguir que en los V-Brake.
Por otro lado, son más complicados de reparar, además de que tras quitar y poner la rueda es habitual que presenten algunas dificultades para dejar correctamente alineadas las pastillas con el disco.
Al margen de estos dos tipos de freno encontramos también el sistema de freno hidráulico, aunque se podría aplicar a cualquiera de los anteriores. A diferencia de los convencionales, para su transmisión utiliza un circuito hidráulico en lugar de los habituales cables de acero que realizan la tensión del freno desde la maneta. Esto hace que su maniobra sea más suave y precisa.
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En definitiva, lo principal es utilizar un sistema de freno que nos dé seguridad y confianza en los descensos, aunque todo apunta a que más pronto que tarde la mayoría de las bicicletas BTT y de cicloturismo vendrán equipadas con frenos de disco.
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Buenas alforjeros!
Un post muy bien explicado y muy bien analizados los pros y contras, ya que esta cuestión plantea siempre muchas dudas a los que andan buscando bici…
Yo en mi Radon tengo de serie unos frenos Magura, que son hidráulicos de zapata. En principio el ajuste es de lo más sencillo, solo con una rosca en la maneta regulas cuánto debes apretar la maneta para la frenada, por lo que la sensibilidad es siempre óptima! Las zapatas son específicas, pero como pesan poco te puedes llevar recambios (en el centro de Europa es más común que lo tengan en tiendas).
Como desventajas quizás el peso; y también aunque el mantenimiento es mínimo, pasa un poco como con los cambios Rolhoff, si tienes una avería muy grave o necesites hacer el cambio de líquidos del sistema hidráulico, tienes que acudir a un «concesionario autorizado». Además tienes el cableado extra del sistema hidráulico que me da miedo que un día por accidente o por algún gracioso, si se cortan, adiós freno!
Por lo demás estoy impresionado por el rendimiento, la sencillez y seguridad de estos frenos!
Salud y pedales