* Para información sobre la ruta, tracks… mira este post.
Índice de contenidos
Día 0: Estamos preparados
Estamos preparados. Nuestras bicicletas: Gorrión y Tormenta parece que se huelen lo que se les viene encima. Sobre sus lomos ya descansan las alforjas cargadas con todo el equipo. Es curioso, se necesita prácticamente lo mismo para estar un mes sobre una bicicleta que para cuatro días.
Mañana salimos. Por fin. Tengo la sensación de llevar haciendo esta ruta varios meses, o incluso años, ya que desde el momento en que empecé a darle forma en mi cabeza ya me visualizaba dando pedales por los caminos. Caminos. Todo lo que quiero ahora es estar en ellos sintiendo el aire en la cara y el sol a la espalda.
Los días previos a un viaje en bicicleta largo son bastante extraños. El que lo haya vivido lo sabe. Una avalancha de dudas y contradicciones se suceden una tras otra. Por un lado tu cabeza te trata de convencer de que no es buena idea, que no merece la pena tanto sufrimiento, a los cinco minutos te imaginas un amanecer pedaleando bajo las encinas respirando un fresco aroma a jara y lo único que quieres es empezar. Empezar ya. Pero aún toca esperar. No me gusta esperar.
Mañana salimos. Estamos preparados.
Día 1. Comienzo
Esto ha empezado. Nuestras bicicletas bien pertrechadas cruzan el Guadiana por el puente de Palmas saliendo de Badajoz por la Cañada de Sancha Brava. Rumbo norte. La espectacular Alcazaba se despide a nuestra derecha.
A ratos el estado del camino es tan malo que tenemos que hacer algunos tramos por carretera. Los caminos están secos a pesar de la tromba que ha caído unas horas antes. Se nota que necesitan el agua.
Las primeras encinas van apareciendo. En el cielo las figuras de varios buitres leonados se recortan contra un azul intenso. Esto es Extremadura. Esto amigos… ha empezado.
Día 2. Viento
Salimos al amanecer de Villar del Rey. El camino, en principio fácil, se vuelve muy duro por culpa del viento que frena nuestras bicis durante toda la jornada. Incluso en las bajadas hay que dar pedales.
Por fin el el horizonte se recorta la silueta del castillo de Luna, dominando Alburquerque desde las alturas. Tras una parada en la plaza continuamos nuestro camino hasta cruzar la frontera que nos hace cambiar de provincia. Cáceres. Ya estamos aquí. A ver que nos ofreces…
Día 3. Descanso
Hoy hemos hecho 3km. Sin más. Nos ha gustado tanto el sitio que hemos decidido quedarnos un día entero descansando a los pies de la Sierra del Naranjal.
Al otro lado: Portugal. Tierras de contrabandistas. Tabaco y café subían y bajaban estas cuestas tiempo atrás… perseguidos por capas verdes. Estando en ruta lo difícil es parar. La virtud es saber hacerlo.
Día 4. Dólmenes
Entre gigantes de granito se levanta una sierra. Por aquí pasaron nuestros ancestros hace miles de años. Los dólmenes se cuentan por decenas. La zona, espectacular.
Continuamos hasta Valencia de Alcántara. Aquí se decidió en 1497 el destino de un reino cuando Doña Isabel, hija de los reyes católicos, se casó con el rey de Portugal: Don Manuel «el afortunado».
Nos detenemos. En el horizonte la línea de encinas y alcornoques desaparece. Tierras ásperas de pasto y ganado se extienden hasta donde alcanza la vista. Tierras de Alcántara.
Día 5. El puente
Entramos en los dominios del Parque Internacional del Tajo. Ahora nos rodean las colinas que se suceden en un inmenso tapiz de pasto y pizarra. Aquí los ríos escarban profundo y las montañas crecen hacia abajo.
A medio día alcanzamos nuestro destino. La ciudad del puente. La reina del Tajo. Alcántara.
Día 6. Valle
Hoy la protagonista es mi compañera de viaje, Valle. Tras salir de los dominios del Tajo, el terreno se ondula en un constante subir y bajar de fuertes pendientes. En algunos tramos hay incluso que bajarse a empujar la bicicleta, a la que hay que sumar el peso de las alforjas.
A pesar de la dureza de los caminos y del cansancio acumulado en las piernas, Valle ha sacado fuerzas de dentro para subir las cuestas y llevar su bicicleta hasta el final en un alarde de determinación y constancia ante el cual solo puedo mostrar mi admiración y respeto. Ha luchado. Ha ganado. Bravo.
Día 7. Frontera
Seguimos nuestro camino hacia el norte extremeño. Pedaleamos ahora sobre «La Raya». Nombre que se le da a la frontera con Portugal que en este tramo se dibuja sobre el río Erjas.
En verano no es más que una autopista de cantos rodados fácilmente vadeable. Por este cauce cruzarían las incontables escaramuzas que a lo largo de los siglos se han producido a ambos lados de la frontera. Hoy solo quedan los vestigios de las numerosas fortificaciones que vigilaban permanentemente al vecino luso.
Día 8. Averías
La bici se ha roto. El eje trasero de Tormenta ha dicho basta, lo mismo que le pasó a Pablo hace unos meses poco antes de llegar Orleans en su viaje a Bélgica.
Tras salir de Zarza la Mayor enlazamos con el sendero GR10 cerca de Monfortinho. El primer tramo estaba muy roto y a cada bache notaba que algo no iba del todo bien con la bici. El problema fue a más a medida que avanzábamos y los últimos 8 km hasta Cilleros fueron empujando una bici perezosa que no quería seguir.
Hasta ahora solo habiamos tenido un par de pinchazos y algún problema con los frenos. Nada que no pudieramos solucionar sobre la marcha. Pero esta avería es importante. La solución está a varios kilómetros de aquí, en Moraleja, ya que en los pequeños pueblos de la sierra no disponen de recambios.
Esta ruta aún no ha acabado. Vamos a arreglar esa rueda!
Día 9. A Fala
Ya estamos de nuevo en ruta. Hemos tenido que ir hasta Moraleja para cambiar el eje. Gracias a Gabriel, chapista de Cilleros que me acercó a las piscinas del pueblo. Gracias a Juan que tras contarle que venía empujando la bici desde 8 km atrás me invitó a un Aquarius que me supo a gloria. Gracias a Javi que me llevó en su furgoneta hasta el camping. Los serragatinos son gente de 10.
Hoy hemos atravesado el valle de Jálama, la parte occidental de la Sierra de Gata. Aquí se da una peculiaridad que poco se conoce fuera de Extremadura (e incluso dentro). Los habitantes de estos pueblos tienen su propia lengua: La Fala. Los rótulos de las calles y los carteles están escritos en Fala y la mayoría de los vecinos la usan para hablar entre ellos aunque también hablan castellano perfectamente.
Desde Valverde del Fresno hasta San Martín de Trevejo (en la foto) hemos ido subiendo hasta coronar un frondoso puerto desde donde divisamos las poblaciones de Villamiel y la impresionante aldea medieval de Trevejo.
Ahora toca bajar de nuevo para entrar en el corazón de la Sierra de Gata. Seguimos!
Día 10. Pueblos
Seguimos recorriendo la Sierra de Gata. Cada vez nos gusta más esta zona, sobre todo sus pueblos serranos.
Partimos desde Acebo y atravesamos la zona que quemó hace un año. Las huellas del incendio son todavía muy visibles. Aún así el verde vuelve pronto para darnos sombra en la dura subida a Gata, el pueblo que da nombre a toda la sierra. Paramos a desayunar y recorremos sus callejuelas empedradas.
Seguimos subiendo dejando el pueblo atrás hasta coronar el puerto que nos arroja al siguiente valle pasando por Torre de Don Miguel y Cadalso, donde un par de abuelos nos explican que por allí paraba el rey Alfonso XI a visitar a una de sus amantes, Doña Leonor de Guzmán a la que se dice que le hizo 10 hijos.
Mañana toca un buen puerto de montaña. A ver que tal se nos da.
Día 11. Valles
Salimos temprano de Descargamaría. Se nota que el otoño está aquí, las mañanas ya son muy frías y cuesta trabajo salir del saco.
Pedaleamos hasta uno de los pueblos más bonitos que hemos visitado hasta ahora, Robledillo de Gata. Aquí las casas de pizarra y balcones de madera se aprietan unas contra otras al borde del río Arrago.
Comenzamos el ascenso del puerto de Robledillo, en mi opinión uno de los mejores de Extremadura para subir en bici. Antes de llegar arriba cogemos una pista forestal que nos lleva por la cornisa de la montaña. Ahora miramos a los buitres de tú a tú. Las vistas son espectaculares.
Una larga bajada nos lleva a una nueva comarca, tierra de antiguas leyendas: Las Hurdes.
Día 12. El río
Arrancamos en Pinofranqueado nuestro paso por la comarca hurdana tras descansar en el camping «El Pino» donde disfrutamos de la atenta hospitalidad de Jose.
Recorremos uno de los valles de las Hurdes bajas, el del río «Los Angeles» que nos lleva de pueblo en pueblo, pasando por Azabal, Casar del Palomero, Ribera Oveja y La Pesga. Desde ahí subimos un pequeño puerto hasta Vegas de Coria y Arrolobos donde enlazamos con una pista forestal que nos lleva hasta nuestro destino: Riomalo de abajo.
Pero justo antes de llegar el camino esconde una sorpresa: tras una curva aparece majestuoso el Alagón que se curva en un meandro gigantesco que casi parece formar una isla en mitad del río. Uno de los paisajes más espectaculares de todo el viaje.
Dejamos las Hurdes atrás. Empezamos nuestro giro al sur. Se aproximan más montañas.
Día 13. La Zona Oscura
Cuando diseñamos la vuelta a Extremadura en bicicleta había un punto que siempre nos dio muchos quebraderos de cabeza. Al llegar hasta Riomalo de Abajo había dos opciones: entrar un tramo en la provincia de Salamanca y seguir por una pista forestal hasta Granadilla o volver atrás para buscar un paso por el otro lado del embalse Gabriel y Galán.
La primera opción tenía un problema: más de 40 kilómetros por caminos de montaña sin pasar por ningúna zona habitada. A ese tramo lo llamé «la Zona Oscura», una avería, una lesión o quedarse sin comida en esta zona supondría un serio problema. Además no habría cobertura y no podrían acceder vehículos motorizados no autorizados.
Hoy hemos atravesado esa zona y ya me estoy arrepintiendo de la elección. Los caminos estaban peor de lo que creía y las cuestas más duras de lo que pensaba.
Hemos conseguido cruzarla con éxito aunque nos hemos dejado las fuerzas en ello. Probablemente el tramo más duro hasta ahora. La recompensa ha sido la cantidad de ciervos que hemos podido ver. Muchísimos. Sin embargo esta variante quedará solo para los más valientes. Yo no me vuelvo a meter ahí, al menos no con las alforjas.
Día 14. Averías (II)
La bici se ha roto. Otra vez. Salimos temprano de las inmediaciones de Granadilla. Algo vuelve a ir mal con la rueda trasera. El casette de piñones vibra mucho y no debería. Me paro y lo compruebo. Mis peores pensamientos se confirman al ver asomarse uno de los rodamientos, está soltándose.
Creo que rodar varios kilómetros con el eje roto ha terminado por afectar a la rueda o quizás ya era su hora. No lo se. Con suerte aguantará hasta Hervás -pienso. Pero no lo hace. A los pocos kilómetros salta finalmente la piñonera y me quedo dando unas pedaladas al aire que no mueven rueda alguna. Saco la rueda para ver si tiene arreglo y me quedo con el casette en la mano. Toca empujar la bicicleta. Otra vez. Vaya racha.
Al menos esta vez estamos cerca de Hervás donde hay tienda y puedo arreglarlo. Espero no tener más averías. Ya no se que más se puede romper.
Mañana subimos el puerto más largo de toda la ruta y el más alto de Extremadura: Honduras. Que podría ir mal?
Día 15. Honduras
Amanece. Se ha pasado la noche soplando un fuerte viento que parecía que fuera a arrancar la tienda del suelo. Mal presagio. Equipamos las bicicletas y salimos del camping Las Cañadas, el único que quedaba abierto en las inmediaciones. Nos dirigimos hacía Hervás donde comienza la carretera del puerto. Todo va bien, pero justo al entrar en el pueblo mi rueda trasera (como no…) PUM! Explota.
Mi bicicleta es como una mula vieja y terca, cuando sabe que le viene faena se resiste. Pero no se va a salir con la suya. Vuelvo a la tienda donde el día anterior me arreglaron la rueda (a este paso me hago socio). El reventón ha rajado también la cubierta así que pido cámara y cubierta. Vuelvo hasta donde he dejado a Valle con las dos bicicletas a la entrada del pueblo y cuando tengo la rueda montada me doy cuenta de que la cámara que acabo de comprar pierde aire por la válvula. Esto no puede estar pasando.
Vuelvo a la tienda, otra vez. Efectivamente la cámara está defectuosa y me hacen una reparación. No sin antes sugerirme lo que todos a estas alturas estáis pensando: «deberías cambiar de bicicleta, esta esta obsoleta». Pues eso ya se verá pero esta bicicleta por mis narices que va a subir ese puerto hoy. Aunque sea a empujón.
Arrancamos. El puerto de Honduras tiene unos 14km de largo, todo subida aunque bastante tendido para ser un puerto de montaña. La primera parte es completamente en sombra, veo varias fuentes, tres, o quizás cuatro, pero todas con un mínimo hilo de agua. A medida que vamos subiendo la vegetación se va abriendo y la última parte sólo estamos rodeados por piornos, arbustos de alta montaña. Poco después de medio día coronamos los 1440 metros del Puerto de Honduras. El techo de la Cicloextremeña. El puerto más alto de Extremadura. El Ambroz a un lado y nuestro destino al otro. El valle verde: El Jerte.
PD. Valle llegó primero.
Día 16. Cambios
Hoy la bici no ha tenido ningún problema. Como no es lo habitual he pensado que había que decirlo.
Esta mañana hemos bajado todo el valle del Jerte hasta Plasencia. Punto de la ruta que Valle se había fijado como objetivo. Se va contenta y con ganas de más que es de lo que se trataba.
A partir de ahora continuo en solitario. Por delante aún queda mucha tela que cortar. Pasar a la Vera, atravesar las Villuercas y cruzar las tierras de los pantanos, La Siberia y La Serena. Aún queda mucha Extremadura que conocer. Seguimos en ruta!
Día 17. La Vera
Acompaño a Valle hasta la estacion de autobuses de Plasencia y comienzo mi etapa de hoy. No sin antes abonar el suplemento de 10€ que impone @ALSA por llevar una bici. Juzguen ustedes mismos que seguro tienen mejor criterio que yo. En fin…
Comienzo la subida a Piornal, el pueblo más alto de Extremadura (1100). El puerto, siendo más bajo que Honduras, lo considero más duro al tener mayores pendientes. Aún así la subida hasta Cabrero es muy agradable, buenas vistas, sombra y muchas fuentes. Llegando a Piornal empieza a soplarme un fuerte viento de cara, tanto que a veces tengo que parar para no irme a la cuneta.
Corono finalmente el puerto. Me vienen recuerdos de la Transgredos de hace varios años, cuando bautizábamos con vino las cumbres. Como no llevo vino echo un chorrino de agua. Comienza la espectacular bajada a la Vera por Garganta la Olla, carretera sin tráfico y completamente en sombra. A volar.
Paso por el monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días Carlos I (Gante. 1500), el monarca más poderoso de su tiempo y del mundo durante un tercio de siglo. El Gran Imperio Español comenzó con él.
Ya estoy en plena Vera. Las montañas extremeñas ya están casi listas, ya solo faltan las Villuercas hacia donde me dirijo ahora. Ya puedo verlas en el horizonte… esperándome.
Día 18. Ganao Bravo
Cualquiera que se encuentre un cartel así, como mínimo duda. Me tiro 5 minutos de reloj con la vista clavada en las grandes letras negras: GANADO BRAVO SUELTO. Tres palabras suficientes para poner nervioso a cualquiera.
El camino de los Jerónimos, el que traigo desde Cuacos de Yuste y que me llevará hasta Guadalupe, depués de cruzar por el robledal de Valfrío y los campos de tabaco de Talayuela se mete en la dehesa del Campo Arañuelo. Dehesa brava por lo que se ve.
Cuando uno le da la vuelta a Extremadura, mayormente por caminos, sabe que tarde o temprano pasará por esto. No queda otra, aquí solo está permitido avanzar. Abro cancela. Paso bici. Cierro cancela.
Pedaleo en silencio. Todo el silencio que mi ruidosa bici me concede. En el suelo solo veo huellas de vacas junto alguna que otra boñiga. Ni rastro de rodadas de bicis. Mala señal. No paro de mirar a un lado y a otro, esperando encontrarme a una vaca brava tras cada encina. El viento me sopla ligeramente de cara impidiéndome oir nada.
Los kilómetros se suceden eternos y sigo sin ver las reses aunque tampoco el final de la finca. Un trozo de hierba seca se mete en mi desviador trasero y paro para quitarlo. Al levantar la vista las veo. A unos 200 metros, junto a una charca -ahí estáis- pienso. Ni se inmutan.
Sigo hasta que llego al otro extremo de la finca. Mismo ritual: Abro cancela. Paso bici. Cierro cancela. Respiro. En la arena vuelven a aparecer las marcas que a cualquier ciclista le gusta ver. Al fin, dibujadas sobre el camino… rodadas.
Día 19. Guadalupe
Cruzar las Villuercas ha sido duro. A partir de Bohonal de Ibor el camino de los Jerónimos se convierte en un constante subir y bajar. Del valle al monte y del monte al valle. Se ve que los monjes no tenian mucha prisa por llegar. Eso sí, las vistas y el entorno valen cada pedalada.
Remonto el rio Ibor hasta el alto de la ermita del Humilladero. Por fin, entre los montes, diviso el magnífico Monasterio de Guadalupe. La casa de la Virgen Morena. Llegar a Guadalupe siempre es especial. Y si es en bici más aún. Solo por estar hoy en su plaza ya ha merecido la pena todo el viaje. Guadalupe tiene eso. Guadalupe es Extremadura.
Día 20. Puercos
Salgo temprano y pongo rumbo sur siguiendo el Camino Natural de las Villuercas. Me cruzo con muchísimos ciclistas, todos van hacia Guadalupe. Paso por la desmantelada central nuclear de Valdecaballeros. Impresiona ver esa mole de hormigón en medio del campo.
Empiezo a bordear el pantano de García Sola por la carretera. Voy fijándome en la cuneta. Cada vez que veo alguna lata, botella, plástico… empiezo a contar desde 0. Nunca llego hasta 10.
Mientras estoy inmerso en mi «juego» me adelanta un coche rojo. Unos 200 m por delante tira algo por la ventana. Cuando alcanzo el lugar veo en el borde de la carretera una lata de cerveza vacía. No me lo puedo creer. Que yo, que llevo el peso de bici y equipaje en mis piernas, pueda cargar con la basura que genero y una persona que va en coche no le de la gana hacer lo mismo es algo que no puedo comprender. Lamentable.
Me llevé la lata esperando encontrarme con el coche más adelante, pero a 15 km/h era difícil darle caza. Un par de kilómetros más allá la tiré en una papelera de una zona de descanso. No mola. No mola nada.
Día 21. Lagos
Pedaleo de nuevo junto al Guadiana. Hacía 21 días que no nos veíamos. Me encuentro ahora en el corazón de la Siberia extremeña. La tierra de los pantanos.
Atravieso Talarrubias y pongo dirección a Puebla de Alcocer. La subida al castillo es tremendamente dura aunque las vistas son espectaculares. La inmensidad de los embalses sobrecoge.
Esta comarca es tan bella como desconocida. El paisaje aquí es implacable a medio día, pero al atardecer se llena de colores y el horizonte se convierte en un lienzo. Seguimos rumbo Sur.
Día 22. Llanura
Hoy he vuelto a rodar por terreno plano. Creo que desde que salimos de Badajoz no había tenido tantos kilómetros de horizonte tumbado. A estas altura puedo decir que la Cicloextremeña no es para los amantes del llano.
Eso sí, antes de llegar a las planicies de Azuaga he tenido que atravesar el rompepiernas de la Serena. Un constante subir y bajar por terrenos de colinas. Voy dejando atrás la estepa extremeña. Veo difícil atravesar esas tierras en pleno verano. La sombra no para por estos lares.
Por delante me queda el paisaje más característico de Extremadura: la frondosa Dehesa del suroeste. Allá vamos!
Día 23. Hasta aquí (por ahora) – FIN
Monesterio. El punto más al sur de mi ruta. Hasta aquí hemos llegado. Ya no me quedan más días, así que el tramo restante hasta Badajoz lo tendré que hacer más adelante para poder completar esta 1ª Cicloextremeña, y digo primera porque la versión definitiva está todavía lejos de concretarse, hay muchos tramos que cambiar y mejorar la ruta para hacerla lo más perfecta posible. Lo importante es que el proyecto está ya en marcha.
Ahora Tormenta necesita unos días en Cuidados Intensivos, la pobre es la que ha pagado las consecuencias de las elecciones de caminos equivocados. No sé si os haré caso y la jubilaré, aunque yo creo que se merece un final a la altura. no?
A pesar de las averías creo que la ruta es espectacular.Si me ha sorprendido a mi, que soy extremeño, no me quiero imaginar lo que será para alguien de fuera. Extremadura es grande, diversa, implacable y agradecida. Recorrerla en bicicleta ha sido increíble y espero que os haya podido transmitir esa emoción a través de las crónicas diarias.
Muchas gracias a todos los que me han ayudado en los problemas que han ido surgiendo, a la familia y amigos que nos han apoyado, a la gente de Cilleros, que me ayudo tanto cuando la bici no daba más, al Grupo BTT Alcántara por su genial recibimiento, a los vecinos de Alcorneo por ser tan buena gente al dejarnos acampar en el porche de su pequeña iglesia, a todos los conductores que tuvieron paciencia y frenaron para adelantarme con seguridad, a Jose del Camping el Pino por su hospitalidad (y por las mantas) y a Alvaro del Camping Puerto Peña (Talarrubias, Extremadura)por darme tanta información sobre la Siberia. Y gracias a ti, por seguir nuestra aventura y darnos ánimos, os hemos llevado a todos en las alforjas.
Ahora toca trabajar todo el material recopilado y darle forma. Volvemos al ritmo habitual de un post semanal y a seguir descubriendo juntos este fantástico mundo que es el cicloturismo porque como decimos siempre, nuestro mayor objetivo es que agarres tu bici, le pongas unas alforjas y te vayas a vivir aventuras.
Hasta pronto!
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el relato inocula el veneno de salir a rodar cuanto antes. Un gran saludo.
Entonces se ha conseguido el principal objetivo. 🙂 Un saludo
hola,
me ha gustado mucho tu recorrido y me he decidido a escribir un comentario al leer el relato del día 18 – ganado bravo, ya que el año pasado crucé también por ahí, también en solitario pero en sentido contrario, ya que fui de Guadalupe a Yuste; también vi algo de ganado bastante cerca pero claramente no era bravo sino vacas de carne, que por mi tierra se llaman pintos por el color rojizo, estudiaremos tu recorrido por si nos animamos aunque no del tirón sino en veces, saludos https://goo.gl/photos/hLugrgvSr3uXCnBX7
Hola Miguel Angel!
Gracias por comentar. A mi tampoco me dio la sensación de que fueran bravas. Estaban bastante tranquilas con la cabeza al suelo y a lo suyo. Entonces mi pregunta es la siguiente: el cartel está puesto para disuadir a la gente de que pase? o es que en algunas fechas del año hay realmente ganao bravo? Con respecto al recorrido, lo dicho, iremos publicando información sobre los tracks a medida que los tengamos «limpios», hay veces que es mejor coger un poco de asfalto que andar empujando bici y alforjas por caminos imposibles. Saludos
Hay track de esta ruta
En breves los subiremos a nuestro perfil de wikiloc (http://es.wikiloc.com/wikiloc/user.do?name=ConAlforjas.com&id=750077)
Hola Carlos
Decir que me ha gustado mucho tu proyecto . Dar la vuelta a Extremadura
cuando por casualidad vi que lo estabas haciendo no paso un día sin leer tu
relato de cada Etapa , han sido 23 días vividos con mucha ilusión . Gracias muchas Gracias .
Muchas gracias a ti Jose Antonio. A ver si te animas y la vas haciendo. Un saludo
Pedazo de ruta!! Vivo en Plasencia y estaba esperando algo así desde hace tiempo. Deseando estoy de que pongáis el track para descargarlo… cuántos kilómetros os salen en total?
Muchas gracias Fernando! Pues el track lo subiremos pronto, estamos cambiando algunos tramos que no eran muy ciclables por otros más cómodos para ir con las alforjas. Siendo de Plasencia además puedes empezar desde la puerta de casa porque la ruta pasa por ahí. Estamos en torno a los 1200 kilómetros ahora mismo, hemos intentado bajarla hasta 1000 para dejarla en un número redondo pero no hay manera, demasiados sitios que visitar. Estate pendiente que pronto empezamos a subir los tracks!
Excelente, ruta, excelentes comentarios, excelentes fotos… enhorabuena Carlos
Muchas gracias El Kalifa!! Me alegro mucho que te haya gustado.
Bravo Carlos, me lo he leido todo de un tiron, que envidia sana me das, nosotros empezamos el año pasado la trasandalus, pensando que el Camino de Santiago de la Via de la Plata , no seria tan divertido como el Frances , como conozco parte de las Hurdes , Valle Jerte ,me has hecho pasar un rato agradable y meterme el gusanillo . Muchas gracias
Gracias Goyo!
Me alegra que te haya gustado el relato. La Transandalus la tenemos empezada, a ver si vamos completándola poco a poco y la Vía de La Plata te la recomiendo mucho, sobre todo para cicloturistas es una gozada. Un abrazo
Hola Carlos, me ha encantado la cronica del viaje. Soy de Girona y siempre me ha tirado visitar vuestra tierra. Yo soy mas de cicloturismo por carretera y no descarto seguir tu ruta lo mas posible por tramos mas asfalticos, lo estudiaré para un futuro viaje.Estuve hace años por Zafra y Monasterio y siempre pienso en visitarlo en bici. En fin, felicitarte por tu ruta y a ver si me animo para la próxima. Por cierto, te recomiendo sin duda también recorrer mi provincia si aun no la conoces, un abrazo.
Hola Carlos:
Tenéis ya el track, de la cicloextremeña ?
Gracias. Un saludo.
Hola Luis!
La semana que viene casi seguro que publicamos el track además de información sobre la ruta. Si no la que viene será la próxima pero esta al caer.
Saludos!
Bravo!!!, gran blog que voy a empezar a seguir.
Gracias Jare!
Un saludo