¡Hola alforjero! Una de las cosas que no siempre tenemos claro si echar o no en las alforjas es un candado de bici. Y la cosa tiene su miga. Hoy toca hablar del tema. ¡Vamos allá!
Los “por si acaso” llenan alforjas a la velocidad de la luz, eso lo sabemos todos los que hemos viajado en bicicleta. Pero, ¿es el candado uno de estos “por si acaso” o es realmente necesario?
¿Llevar o no llevar candado? Esa es la cuestión
Cada cosa que metemos en las alforjas ha de tener un propósito, un objetivo que cumplir en función de la probabilidad de que un suceso ocurra.
¿Metemos un chubasquero? Dependerá de las posibilidades de que llueva durante el viaje.
¿Metemos un candado? Dependerá de las posibilidades de que nos roben la bici.
¿Metemos el tronchacadenas? Si no sabemos usarlo desde luego que no tiene mucho sentido.
Estas decisiones son inherentes al cicloturismo, donde el volumen y el peso de nuestro equipo están limitados por la capacidad de nuestras alforjas y la fuerza de nuestras piernas.
El objetivo de llevar un candado es evitar una de las peores cosas que nos pueden pasar durante nuestro viaje: que nos roben la bicicleta.
Al ser un elemento que normalmente pesa bastante (al menos los buenos), hace que nos planteemos seriamente si llevarlo o no. Y nos preguntemos:
¿Me robarán la bicicleta?
Lo malo del ser humano es que somos malísimos calculando las probabilidades de que algo suceda y varía enormemente de una persona a otra. ¿Previsor o miedoso? ¿Confiado o incauto?
Además de un cálculo de probabilidades, en el caso del candado y debido al propósito al que sirve, entra en juego un factor psicológico muy humano: la aversión a la pérdida. Y aquí ya entramos en el terreno de los miedos.
Imagina dos personas que viajan exactamente con la misma bici y equipo. Con total seguridad una de ellas tendrá más miedo que la otra a que les roben.
Ahora coge a la persona que tenía menos miedo y cámbiale la bici por una que cueste 30 veces más. ¿Quién de los dos tendrá ahora más miedo al robo?
En la práctica es muy sencillo. Si llevamos una bici de 3 mil euros ya te digo yo que el candado se viene con nosotros, por muy bajas que sean las opciones de que nos la birlen. Y es que, si tenemos mucho que perder, es menos probable que nos comportemos de forma racional.
¿Nos van a robar la bici estando de viaje?
Dejando atrás la parte psicológica de la cuestión, hay varios factores que aumentarán o disminuirán el riesgo que nuestra preciada montura sea robada. Vamos a verlas.
1. Viajar solo o acompañado
Es un factor evidente. Si cuando tenemos que dejar la bici sola tenemos a una persona que se puede quedar vigilándola las probabilidades de robo bajan casi a 0. ¡Ojo! Esto no quiere decir que por viajar solo te vayan robar.
2. Entornos rurales y urbanos
Si nuestro viaje es por la Laponia española haciendo acampada libre, es mucho menos probable sufrir un robo que si vamos a atravesar capitales o barrios poco recomendables.
3. El precio de nuestra bici y equipo
Ya lo hemos comentado antes. Hay un refrán que dice “al hombre pobre, no le salen ladrones”, creo que eso resume perfectamente este punto.
4. Elementos disuasorios
Ya sea un candado plegable, una alarma, un perro o cualquier cosa que le quite las intenciones al chori de llevarse tu bicicleta, el uso de elementos disuasorios bajará las posibilidades de robo.
En todo caso, aunque el robo de bicis en la ciudad está a la orden del día, se dan pocos casos de robos entre cicloturistas. Especialmente si tenemos un mínimo de cuidado en no perder la bici de vista.
Nuestra opinión al respecto es muy simple. Si te sientes más cómodo con un candado u otros sistemas antirrobo dentro de tus alforjas, llévalo. Al final esto lo hacemos para disfrutar y cuantas menos preocupaciones llevemos encima mejor.
Eso sí, a todos los que alguna vez nos han robado la bici es muy difícil convencernos de que no lo llevemos. Por mucho que nos insistan en que la mayoría del mundo es bueno y el peligro solo está en nuestra cabeza.
De todos modos, en el futuro dedicaremos un post en exclusiva a las opciones de antirrobos disponibles, que son muchas y algunas mejores que otras. En esta ocasión el objetivo era más bien plantear el debate sobre si hay (o no) que llevar candado a un viaje.
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Hasta aquí este post sobre candados y la necesidad o no de llevarlos. Y ahora te toca a ti opinar ¿te han robado la bici alguna vez? ¿llevas candado en tus viajes en bici? Y en ese caso ¿qué tipo de candado llevas? Déjanos un comentario. Nos vemos en los caminos.
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En mi caso me han robado la rueda trasera de mi bici mientras hacía el Camino De Santiago (en Belorado, para más señas). No sólo es el valor económico sino en la mayoría de los casos es el trastorno que te ocasiona, porque como en mi caso, tuve que dejar el equipaje y lo que quedaba de la bici para desplazarme a Burgos a comprar una rueda con el cono de piñones, era festivo y tuve que esperar al otro día …
Desde entonces uso dos candados-cable delgaditos pero muy resistentes similares a los empleados para equipajes. He intentado cortar uno y me costó mucho esfuerzo y tiempo con la herramienta adecuada. ¡Se trata de no ponerlo muy fácil! … porque como se empeñen no hay nada que hacer.
Ya hay que ser malnacido para robar una rueda a una bici, pero hacerlo a un peregrino no tiene perdón de Dios. Espero que no fuera otro peregrino, porque eso si que no me entraría en la cabeza. Saludos!
Guagua,mi primer viaje en bicicleta con alforjas fue un poco a la desesperada pues estaba en Hildestain(Alemania)en el año 2000 y Yo siempre e sido usuario de la bicicleta pero no con Alforjas y menos con más o menos Obligación,pues estaba trabajando de jardinero en Hildestain y me quedé sin trabajo pero la controversia fue que me quedé más tiempo intentando encontrar otro puesto de trabajo y me iba gastando el colchón que había conseguido con mi puesto de jardinero y empezaron a pasar sucesos como que en Alemania para alquilar un piso necesitas un contrato de trabajo pero no acaba hay también en aquella época para que te dieran un puesto de trabajo con contrato necesitaba un alquiler(Puff) empezaban una serie de controversias que no tenían sentido para mí y menos viviendo la situación en un País que no era el mío. Lo bueno que en aquel tiempo había echo algunos colegas y otros Amigos los cuales les estaré agradecidos eternamente gracias a estos queridos me regalaron una bicicleta de hierro con un solo freno y el otro frenaba retrocediendo el pedal fuy al Líder compre unas alforjas de 5Euros las acople metí mi neceser,saco de dormir y poco más recordaré toda mi vida que del miedo interno que tenía me temblaban hasta las pestañas pero hice de Tripas Corazón y me lancé con un viejo mapa de mi amigo hacia España con 180E en el bolsillo sin móvil sin reloj sin conocimiento prácticamente de la ruta y bueno me pasaron muchas cosa unas Buenas otras menos buenas pero cada día que pasaba iba cogiendo más forma con lo cual iba cojiendo más confianza lo cual fue bueno en ocasiones llevar esa energía pero en otras se me echaba la Polizay encima por que iba por carreteras que no se permitían 🚲 me marcaban itinerarios que cuando me faltaban 25Km me hacían marchar por rutas que hasta llego en una ocasión a ser de 75Km más,vaya pensaba Yo esto te pasa por la inexperiencia no pasa nada Ricardo pero la verdad que acababan estas situaciones con mi fuerza Mental.Hasta que por fin después de 21 días de aventuras y digo literalmente (aventuras)llegué España. Entre por Barcelona y coincidencia de el Festival de Tarrega (la Fira del Teatro) no lo dudé fuy al festival y desconecté de todo.Lo pasé pipa por cierto,pero no fuy consciente de todo hasta que terminó el Festival que empecé a recapacitar de todo que fue cuando realmente fuy consciente de lo que había realizado puesto que al ir solo no había tenido oportunidad de compartir mis experiencias.hoy en día lo recuerdo como una bonita situación(dura pero bonita) y de haber sabido gestionar el problema que tenía sin tener experiencia pero sí muchas Ganas.los problemas se me hicieron Fortaleza física y mental. Seguiré eternamente a toda esa Peña que creyó en mí y me proporcionaron un medio de transporte y un ánimo en la forma de actuar creyendo en mí que nunca Olvidaré.GRACIAS PEÑA EN ESPECIAL A MATIAS que me regaló su bici acambio de un Abrazo y un Sí Puedes.
Menuda aventura Ricardo! En el momento se ve duro pero luego se convierte en una experiencia vital, las cosas por las que realmente merecen la pena vivir. Saludos