5 formas poco convencionales de viajar en bicicleta

¡Hola alforjero! Esta semana toca un post algo diferente, atípico. Tanto como las formas de viajar de los siguientes cicloviajeros. Algunos surgen de retos personales o responden al tipo de ruta, pero otros parecen más bien fruto de una apuesta o una noche de cañas.

Sea como sea parece ser que la bicicleta convencional no es, ni mucho menos, la única forma de recorrer el mundo a pedales. En este post hemos querido reunir a los cicloturistas más originales a la hora de viajar en bici. Esperamos que te guste tanto como a nosotros prepararlo.

5 cicloviajeros poco convencionales

1. Ed Pratt – Monociclo

Aunque hay varios cicloviajeros que han optado por el monociclo para sus viajes en bicicleta, Ed Pratt es el que lo ha llevado más al extremo.

Este veinteañero del sur de Inglaterra recientemente ha completado la que se considera la primera vuelta al mundo en monociclo. Más de 30 mil kilómetros sobre una sola rueda de 36”. Un viaje que le llevó algo más de tres años atravesando Europa, Asia, Oceanía y América.

Como hemos dicho, no es el único valiente que viaja en monociclo. Otros referentes son Sophie Stirl (The lost Wheel) , Cary Gray o mismamente los gaditanos del Reto Kira que este año combinan dos medios de transporte tan atípicos como un patinete y un monociclo.

2. Toran Gaal – Handbike

Seguimos con el californiano Toran Gaal, un Marine que sufrió una doble amputación de las piernas en combate. En 2015 decidió recorrer los Estados Unidos en una handbike impulsado sólo con la ayuda de sus brazos para reunir fondos para causas benéficas. Realmente impresionante.

3. Carl Georg Rasmussen – Velomobile

La historia detrás de este ingeniero danés daría para un libro entero pero en este caso nos vamos a centrar en los viajes que realizó a finales de los 80 con su recién patentada Leitra, un vehículo impulsado a pedales que surgió como respuesta a la crisis del petróleo de 1978.

La idea de Carl fue crear un vehículo autopropulsado que además supliera los inconvenientes de la bicicleta con respecto a la exposición a los elementos (lluvia, viento, nieve…).

Con esta idea Carl recorrió europa a finales de los 80 y principios de los 90 participando en distintas carreras con su Leitra. Desgraciadamente este tipo de bicicleta no llegó a extenderse tanto como le hubiera gustado a Carl y solo llegaron a fabricarse unas 300.

4. Joff Sumerfield – Penny Farthing

Al igual que Thomas Stevens, el primer hombre en dar la vuelta al mundo en bicicleta, el británico Joff Sumerfield pedalea sobre un Penny Farthing, la típica bicicleta clásica con una rueda gigantesca.

En 2008 completó su primera vuelta al mundo sobre esta bicicleta. Y digo su primera porque ahora mismo se encuentra de nuevo en ruta con intenciones similares. Si quieres verlo en acción échale un vistazo a este vídeo.

5. Maria Leijerstam – Triciclo polar

Terminamos esta lista con una auténtica aventurera, la galesa Maria Leijerstam. Maria se convirtió en 2013 en la primera persona en pedalear al polo sur desde el borde del continente.

Leijerstam comenzó su expedición en la barrera de hielo de Ross y pedaleó una media de 10 a 17 horas cada día sin pausa recorriendo un total de 638 km. Para ello utilizó un triciclo especialmente diseñado para pedalear en las condiciones más extremas.

Además de ser la primera persona en pedalear hasta el polo sur, batió el record de velocidad en llegar al punto de latitud 0 utilizando solo la fuerza de sus músculos, demostrando que pedalear podría ser más eficiente que el ski para llegar al polo sur.

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Hasta aquí este post sobre viajeros en “bicicletas” poco convencionales que demuestra, una vez más, que cualquier bicicleta es buena para irse de aventura, solo hay que tener las ganas.

Si te preguntas quién es el viajero que aparece en la foto que abre el post se trata de Steven Roberts, un apasionado de la electrónica que decidió abandonar la vida de urbanita en los 80 para convertirse en un “tecnómada”.

Vendió su casa y diseñó una bicicleta equipada con uno de los primeros portátiles para poder trabajar en cualquier parte. Su extravagante idea causó sensación en los medios y recorrió 27 mil kilómetros con su vehículo futurista: escribía en código binario con el manillar, movía el cursor con el casco y disponía de conexión a internet.

Si conoces algún otro cicloviajero “atípico” déjanos un comentario, seguro que hay muchos más de los que hemos nombrado aquí y nos encantaría descubrirlos. Nos vemos en los caminos.

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