Muy buenas alforjer@s. Hoy traemos un tema muy especial y estoy seguro que a más de uno le va a ayudar mucho.
Cómo ni Pablo ni yo nos hemos estrenado en esto de la paternidad teníamos que traer a una figura experimentada en estos temas tan desconocidos para nosotros y es por ello que hoy tenemos en ConAlforjas a Carlos de bicicletasypiruletas.com.
Carlos lleva casi toda la vida montando en bicicleta y desde hace más de 6 años practicando cicloturismo con su hijo y a veces con la familia al completo.
Lleva en sus piernas muchos kilómetros pedaleados y unos cuantos viajes importantes en sus alforjas como el Canal du Midi o los Castillos del Loira así que sabe bastante bien de lo que habla.
Si tienes hijos no pierdas esta oportunidad de informarte de primera mano como es hacer cicloturismo con niños. ¡Adelante Carlos!
+++
Todos los que hacemos cicloturismo, sabemos que es algo tan genial que fantaseamos con hacerlo con nuestros hijos o pareja. Pero esa imagen ideal de pedalear con niños puede convertirse en algo distorsionado.
Los lloros, enfados, protestas o lamentos de la realidad pueden hacer trizas esa postal de la familia en bici que tenemos en mente.
Acabaremos con la cabeza entre las manos pensando “¿en qué fallé como padre?”. Aquí te cuento nuestro camino en esto del cicloturismo en familia por si te ayuda. Tú vas a tener tu propia forma de hacer las cosas, pero si me lees puede que evites fallos.
¿Por qué pedalear con tu niño?
Personalmente creo que como dice la canción un hijo te vuelve a enseñar, y a revivir sensaciones de tu infancia. Además en estos tiempos de chavales enganchados a la tecnología, cualquier actividad de ocio, de las de toda la vida, es brutalmente enriquecedora.
Como camada que somos, cualquier experiencia positiva (o negativa) va a reforzar nuestros vínculos familiares. Creo que ese es el premio que vamos a recibir los que pedaleamos juntos aunque no lo podamos chupar o poner en una vitrina.
Consejos para pedalear con hijos
1. Ir paso a paso
O como se dice ahora “partido a partido”. Nosotros no empezamos con un viaje de 200 km. Nuestra primera salida fue con desnivel a favor (mi hijo tenía 7 años), la siguiente plana de 10 km.
Luego estiramos un poquito más hasta los 20 km. Más tarde un viaje de dos días, luego uno de varios.
El ultimo por el Loira fueron 400 km en 8 días. Esta forma de evolucionar progresivamente te permite conocer tus límites como familia y que el niño vaya adquiriendo soltura, fondo y confianza.
Aprendes pronto que cuando a un niño se “le acaba la gasolina” es difícil continuar pedaleando. Por suerte existen sistemas como el Trail-gator que si eso pasa, enganchas la bici del niño, y puedes estirar los kilómetros.
2. El niño es el protagonista
Especialmente a la hora de decidir qué ver, qué hacer o cuándo parar. Nuestras motivaciones como aburridos adultos, son muy diferentes a los caóticos niños.
En mi caso, me he tenido que olvidar de visitar monumentos o disfrutar de la gastronomía local por donde hemos estado. Eso si, era parada obligatoria cuando veíamos cualquier bicho, queríamos coger una flor bonita, o encontrábamos una zona de columpios.
3. Descansos
Los niños del siglo XXI mientras tienen pilas, necesitan actividad y no llevan muy bien el aburrimiento. Es por ello que hay que olvidarse de siestas y echarle imaginación en caso de esperas.
A nosotros siempre nos ha funcionado bien hacer muchas paradas (cada 40-60 minutos) pese a estar muchas horas de ruta.
4. Flexibilidad
Los niños también son especialistas en romper los planes. En cualquier momento tienen pis, caca, sed, hambre o se hacen daño. Y debes darle solución YA.
Es por ello que conviene ser autónomo, especialmente a la hora de comer o beber, y no diseñar planes muy rígidos («hay que llegar a tal sitio, o a tal hora»).
En esa línea, siempre he preferido llevar encima los trastos de dormir para tener libertad de donde terminar una etapa. También si puedo, prefiero organizar la logística para hacer la ida en transporte, y volver pedaleando sin prisas a por nuestro coche.
5. Rutas seguras
Para hacer rutas ciclistas con niños también es importante buscar sitios muy seguros, alejados de los coches, de poco desnivel y con cierto atractivo. Un hábitat ciclista que por desgracia no abunda en España, y hay que investigar para localizarlo.
Con el paso del tiempo, nosotros pedaleamos casi por cualquier lugar, pero la verdad es que hacen falta muchas horas de vuelo para llegar ahí.
6. Logística
También es una complicación llegar a los sitios con tu bici, especialmente en transporte público. Porque no nos van a dejar subir y porque llevamos nuestra carga, y la del niño. Para esto, si no eres rarito, y pides ayuda, la gente te echa un cable enseguida.
Un padre en bici con su hijo es lo segundo más tierno después de un bollicao 🙂 El tema del transporte obliga a tener (o alquilar) un coche preparado para transportar bicis, lo que supone pasta.
7. Independencia
En la línea del paso a paso, siempre he sido un padre muy protector. Te preparo la bici, te monto la tienda, te hago la comida o te llevo tu equipaje. Todo con el ánimo de crear una experiencia positiva para que el niño quiera otra dosis más de cicloturismo.
Esto ha ido evolucionando en el tiempo, dando más responsabilidad y obligaciones, buscando ser un equipo y que el chaval aprenda. Ahora por ejemplo con 14 años ya estamos en el impass de que cada uno lleve lo suyo en sus alforjas, y no que papi lo lleve todo en el remolque.
8. Acompañamiento
Algo importante para el niño es que el padre ruede detrás cerca. De esa forma puede advertirle de algún peligro, y “protegerle” más en el caso de que otro vehículo llegue por detrás. Los papis también evitamos que el niño se nos pierda (como me ha pasado alguna vez).
Con el tiempo llega un momento que como padre no puedes elegir posición, porque corren más que tú y vas chupando rueda.
9. Disfrutar
Aunque suene a tópico, y a frase de esas de lema chupi , la clave es disfrutar del camino sin importar mucho las cifras (desnivel, kilómetros o etapas).
Los chavales llevan en los genes competir, y con el cicloturismo les muestras que hay más cosas aparte de correr. Tampoco hay que obsesionarse con lo que hagan otros.
Se puede ser igual de feliz viajando a cientos de kilómetros de casa, que haciendo la vía verde que te pilla cerca.
Nosotros cuando vamos los cuatro miembros de la familia no hemos pasado de excursiones cortas. Con mi hijo, que tiene fondo y es sufrido, no queremos que acaben nunca nuestros viajes en bici.
***
Te invito a que te pases por nuestro sitio bicicletasypiruletas.com para conocer nuestras aventuras ciclistas y poder contestar tus preguntas. Muchas gracias a conalforjas.com por permitirnos la colaboración.
Si te gusta viajar en bicicleta y quieres ser parte de esta comunidad de miles de alforjeros, apúntate a nuestra revista online mensual de cicloturismo (¡es gratis!) y recibe nuestro regalo de bienvenida, una lista con todo lo que llevar a un viaje en bicicleta.
Así estamos nosotros. Empezando los tres a la vez. La niña se muere por irnos y acampar por donde cuadre en el camino. Ya veremos que tal se da!
Mucha suerte Daniel!
Seguro que lo pasáis de miedo!
Un saludo